El miércoles, día 3, se acercaron hasta la boca de la BU56 para llevar algo de material y de paso grabar el track para la campaña,... pero dejemos que sean ellos los que lo expliquen:
Después de 33 años de haber subido el equipo para entrar a la BU-56 por primera vez, nos dirigimos otra vez por la cuestas de Linza a repetirlo.
Salimos madrugando de Iruña hacia la BU-56 con dos objetivos: primero dejar un poco de material en la boca y el equipo del "senior" (como se llama ahora finamente a los viejos) y segundo, grabar el track con el GPS y marcar el camino para que los equipos de exploración puedan llegar sin problema a la boca. Había que enseñar el camino del calvario a las nuevas generaciones.
Habían anunciado lluvia, pero nos decidimos a salir ya que no quedan días para preparar todo. Al llegar a Linza, el día estaba nublado y las nieblas tapaban las cumbres. Subimos en dos horas al llano de la Hoya del Portillo que no tenía nieve y sí mucha agua, seguimos por la GR hasta localizar el desvío hacia la sima, nos dirigimos hacia la derecha por la cascajera que en tiempos denominábamos Couloir de Gaube por su parecido (en pequeño) a esta vía de Vignemale.
Al llegar arriba, con la lengua fuera, nos encontramos, en el karts de la B3, con la nieve y la niebla. La nieve estaba peligrosa, la zonas en contacto con la roca estaban huecas y había cornisas de nieve con posibilidad de hundimiento, así que teníamos que buscar el mejor camino para los espeleólogos pero a la vez sortear la nieve para no caernos en ningún agujero.
Cruzamos al valle de la izquierda y buscamos el paso alto que nos permitiera pasar a Ukerdi. De nuevo sortear simas entre la nieve.
Boca BU56 con nieve
Por fin encontramos el paso y cambiamos de valle. Bajamos a hacia la BU-56 y Oh! sorpresa, había desaparecido la sima. Un gran paquete de nieve cubría la mesa en la que debía estar la cavidad. Estuvimos dudando, pues no se parecía en nada a los recuerdos de la boca. Investigando, vimos el pino que tuvieron que cortar a hacha para que pudiera aterrizar el helicóptero de rescate que, en el 87, sacó al malagueño accidentado. En el lateral este de la mesa en la que estábamos había restos de vivac, posiblemente de los ingleses que acamparon en la boca. No había duda estábamos en la BU-56, pero ¿dónde estaba la boca?
No nos atrevíamos a pisar en la nieve, así que empezamos a tirar piedras entre la pared de roca y la nieve hasta que localizamos, a oído, la boca. Sabíamos donde estaba pero no nos podíamos acercar.
Almorzamos, sin que Lorenzo nos dejase ver las fantásticas vistas de Ukerdi y Añelarra y contando batallitas de la exploración y del miedo que pasamos cuando vimos el cañón Roncal crecido.
Al volver nos dimos cuenta, que en la venida, habíamos pasado por la nieve a escasos 2 metros de la boca de la sima. Casi hacemos la primera aproximación y el primer descenso a la BU-56 de la campaña. Nos acercamos a un pino que estaba encima de la supuesta boca y pudimos comprobar que efectivamente entre la nieve y la roca había un hueco por el que la sima soplaba y llamaba a los espeleólogos. Os esperoooooo…..
Un hundimiento en la nieve y un deslizamiento de una roca nos dieron dos buenos sustos, creyendo que nos íbamos para la sima.
Boca BU56 desde arriba
En la vuelta volvimos a grabar el track para el GPS ya por el buen camino, reconstruyendo los Cairn y colocando nuevos para que el camino de los espeleólogos al calvario sea más fácil.
Camino de la BU56
Después de ocho horas llegamos de nuevo a Linza.
Participantes; Amaia, Calvo, Arturo
extraido del blog de Satorrak
Os esperoooooo!
ResponderEliminarNireak zarete!
BU 56
Gauzakberotzen ari dira: lehen igoera antolatzeko mezua helduda.
ResponderEliminarEgon erne!
Gora San Fermin!
Badira bi aste urduri nagoela.
ResponderEliminarYa llevó ya dos semanas nervioso.